Fallece Felipe PInglo Alva

Joel Asherith         No comentarios


Julio Felipe Federico Pinglo Alva, llamado «el bardo inmortal». Destacado compositor peruano, considerado uno de los máximos exponentes de la música criolla, poseedor de un estilo de amplio arraigo popular que enriqueció el acervo musical peruano. Conocido internacionalmente por ser el autor del vals «El plebeyo»

Nació en la Calle del Prado, en la actual cuadra 14 del Jr. Junín (Barrios Altos - Lima). Hijo del normalista de ascendencia china (sus apellidos ancestrales serían Ping Lo) Felipe Pinglo Meneses y de María Florinda Alva, que murió días después de dar a luz, quedando huérfano de madre. La pobreza en la que vivió y las enseñanzas de su padre y sus tías, fueron formándolo como niño instruido pero con sentimiento social. Inició sus estudios en la Escuela Fiscal de los Naranjos (Lima), regentada por su tío Alejandro Pinglo, y posteriormente entre 1911 hasta 1915 cursó la secundaria en el Colegio Nuestra Señora de Guadalupe. Con sus propinas adquirió más tarde un rondín e intuitivamente aprendió a repetir en el instrumento musical las interpretaciones de las bandas militares ofrecidas en las retretas, en las plazas públicas de su tradicional barrio. En 1916 comenzó sus labores en la imprenta El Gráfico, en una compañía de gas, y participó en la Dirección General de Tiro. También fue futbolista por afición en los clubes El Naranjo, "Alfonso Ugarte" y fue comentarista de este deporte mediante artículos en algunas revistas limeñas. Trabajó luego en la Dirección General de Tiro donde era Secretario del entonces Ministro de Guerra General Salmón, el cual guardaba un gran afecto por Felipe, de quien dijo en varias ocasiones que era su brazo derecho, ya que Pinglo, en los años que trabajó con él, jamás dejó de cumplir con sus obligaciones a pesar de que era invitado constantemente a fiestas íntimas. Cuando Pinglo empezó a componer y frecuentar a los criollos de entonces, hizo de la Calle Mercedarias, en el actual Jr. Ancash, su lugar de concentración e inspiración. Allí, solía reunirse para hacer música con Samuel Joya Neri, Obdulio Menacho, José y Eugenio Díaz, Guillermo D'Acosta, Paco Vilela, Juan Ríos, Pedro Espinel, Jorge Gonzáles, Ernesto Soto (El Chino Soto) y muchos de los criollos de esa época que actualmente es conocida como la "Generación Pinglo".


Felipe Pinglo tocaba la guitarra a la inversa, porque era zurdo. No cambiaba la encordadura del instrumento, razón que algunos entendidos han considerado importante en el descubrimiento de nuevas tonalidades logradas por él, apreciables en su abundante producción musical. Con los primeros entusiasmos sentimentales de sus años mozos desarrolló su espontánea habilidad para el canto y la composición musical. Pronto conquistó simpatía y aprecio en las reuniones de barrios que se hacían acompañadas de música criolla. Afinando así su inspiración, brota su primera composición, el vals Amelia ejecutado en 1917. Desde allí al compás de su guitarra afloraron unas 300 composiciones aproximadamente, muchas de ellas de contenido autobiográfico, impregnadas del acento melancólico, sugeridas por el ambiente bohemio, las angustias debido a su males físicos; así como también composiciones que son protestas ante las injusticias sociales. Cabe destacar que Pinglo fusionó el estilo previo del vals limeño con armonías provenientes de otros géneros, como el tango argentino, así como incursionó en la composición de ritmos internacionales de moda, como el one-step. Paulatinamente, la figura de Pinglo, se tornó familiar en el Rímac, Monserrate y La Victoria. Es la época en que sorprende a sus amigos con su deslumbrante inspiración, capaz de crear un tema en contados minutos. Entre 1921 y 1923 Felipe se ausenta de los Barrios Altos para irse a vivir a La Victoria. A los 24 años de edad, Pinglo era ya un compositor celebrado. La inspiración de Felipe Pinglo fluía inagotable y se materializaba en valses y polcas de rápido éxito. Una tras de otra Pinglo llenaba las páginas de gruesos cuadernos con versos, muchos de los cuales quedaron sin música. Sus composiciones gozaban del aplauso popular y tenían publicación preferente en los cancioneros de la época. En 1925 conoció a Hermelinda Rivera Urrutia, a la sazón de 17 años de edad. Con ella se casó el 11 de mayo de 1926 en la iglesia San Francisco. Poco tiempo después nacieron Carmencita y Felipito. Felipe Pinglo Alva se consideraba realizado, como padre de familia y como compositor. Hermelinda Rivera había sido novia del también compositor Alberto Condemarín y cuando ésta se casó con Pinglo, Condemarín le compuso el vals "Hermelinda" que rápidamente se hizo popular y actualmente es uno de los clásicos de la música criolla. Pinglo, herido en su amor propio por la hermosa composición de Condemarín, deseaba escribirle a su esposa un vals que fuera popular también. Se dice que en muchas ocasiones Pinglo empezó a delinear los primeros versos y acordes de su vals para Hermelinda, pero luego los borraba. Dicha pieza mantuvo preocupado al Maestro hasta el final de sus días.


En 1935, Pinglo cae enfermo, por fuertes dolores en la rodilla izquierda debido a una lesión deportiva y también por los cada día más agudos espasmos que le produjo una bronquitis mal curada. Tres días antes de morir, Pinglo terminó de escribir la que sería su última canción, el vals "Hermelinda" dedicado a su esposa. Las fuerzas ya no le daban para ponerle música por lo que le encargó a su esposa entregarlo a Paco Vilela o Pedro Espinel para ser musicalizado. Hermelinda Rivera no quiso dar a conocer esta última composición y por haberlo mantenido guardado por tantos años, no es muy conocido.1 A las 5 de la mañana del 13 de mayo de 1936, a los 36 años de edad, murió Felipe Pinglo Alva con los ojos fijos en la imagen de la Virgen del Carmen, patrona del criollismo. Al día siguiente, sus restos fueron acompañados por cerca de un millar de personas hasta el Cementerio Presbítero Matías Maestro donde fue sepultado. Cuatro días después, el compositor Pedro Espinel, uno de los mejores amigos de Pinglo, fundó el primer club musical criollo: "Felipe Pinglo Alva"'. El busto que corona el mausoleo de Pinglo es obra del escultor Artemio Ocaña. Las guardillas de la tumba, en forma de notas musicales, fueron diseñadas y forjadas por el decimista Nicomedes Santa Cruz. Estas guardillas son las primeras notas del vals "El plebeyo".
Publicado Por Joel Asherith

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